fuente : ABC
La asociación Carysa quiere reducir la elevada mortandad en los partos y que todos los niños tengan al menos una comida al día
El pueblo saharaui permanece desde hace cuatro décadas olvidado entre las arenas del desierto. La principal referencia para los españoles de la que fuera colonia de nuestro país es la de los niños que acuden a pasar el verano entre nosotros. Carmona es una de las localidades a la que llegan estos niños desde hace años, pero en esta localidad quisieron ir más allá y han conocido en vivo su trágica situación. El conocimiento les ha llevado a la acción y desde Carmona han puesto en marcha un amplio programa de solidaridad.
La ayuda se articula a través de la Asociación Carmona y Sahara(Carysa), que preside Pilar Rodríguez y que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento y en particular del concejal Juan Carlos Ramos. Han estado en los campos de refugiados del pueblo saharaui en Argelia y conocen de primera mano la situación. El titular es fácil: carencia prácticamente absoluta de todo. El desglose habla de un día a día sin luz, ni agua corriente, con una alimentación muy escasa y en la que faltan muchos elementos esenciales, sin apenas productos de higiene y con jaimas o casas de adobe como viviendas .
Con este panorama es fácil adivinar que la atención sanitaria es más que complicada. Y precisamente uno de los aspectos con más carencias es la atención al parto. Se trata de un pueblo con una media de natalidad muy alta, que ronda los seis hijos por mujer. En el caso de la wilaya (campamento) de Dajla, donde viven unas 20.000 personas, el hospital más cercano está a 200 kilómetros a través del desierto. Para toda la población de está Wilaya sólo hay dos matronas. Las mujeres tienen a los hijos en casa y cualquier contratiempo causa la muerte de la madre, del hijo, o de ambos.
Se trata de formar a las personas responsables de los dispensarios de salud de los campamentos en los conocimientos sanitarios y técnicos que les permitan asistir adecuadamente a las refugiadas en los nacimientos. Pero también de que esta formación les permita en el futuro seguir enseñando a nuevas personas en la región.
Para ello se requiere un periodo de formación de unos dos años que deberán acometer enfermeras de España. El planteamiento es que sean voluntarias, que se vayan turnando de forma que permanezcan allí un mes en turnos de dos personas. En este proyecto también se ha implicado la Diputación Provincial. Ya cuentan con los fondos necesarios para el material de formación y ahora se aplican en lograr el dinero para viajes y alojamiento.
El ministro de Sanidad Pública de la República Árabe Sáharaui Democrática, Mohamed Lamin Deddi ha agradecido «un proyecto pionero en el Sáhara y que podrá atender una de nuestras principales preocupaciones».
Otra carencia evidente es la alimentación, en particular la de los niños. Pilar Rodríguez cuenta que en uno de sus viajes se alojaba en la vivienda de una familia. A mediodía comía fuera y por la noche cenaba con ellos, hasta que constató como a los niños les daban de comer las sobras de lo que ella dejaba. No volvió a comer y lo dejó a los pequeños.
Para atender este aspecto, asociación y Ayuntamiento impulsaron en la wilaya de Smara la creación de forma conjunta de una guardería con la Media Luna Roja. En ella dan de desayunar a 293 niños que al menos tienen al día una comida completa.
La falta de horizontes y de futuro hace que jóvenes y niños estén mucho tiempo desocupados, sin perspectivas ni ilusión. Una fórmula para paliar esta situación es el deporte y para ello desde Carysa organizaron un campeonato de fútbol en la wilaya de El Aaiun. Participaron más de cien niños a los que se les equipó para ello. Toda una novedad, pues allí juegan al fútbol descalzos.
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